Introducción El objetivo final de cualquier técnica de bloqueo regional es lograr depositar el anestésico local, en volumen y concentración suficientes, lo más cerca posible del o de los nervios a bloquear, sin demoras y sin complicaciones. Para identificar los nervios con cierta precisión se utilizan métodos clásicos y directos de identificación, como pares-tesias, los métodos clásicos e indirectos, como la palpación, el latido sincrónico, el click fascial, etc., y los más modernos e indirectos: la estimulación nerviosa, el ecodoppler, la ultrasonografía, la tomografía y los RX. El uso de un estimulador nervioso periférico (ENP), neuroestimulador o neurolocalizador es una alternativa actual a otros métodos de localización e identificación nerviosa. Cuando hablemos de ENP o neurolocalización en anestesia regional, nos estaremos refiriendo entonces a una técnica auxiliar de localización nerviosa. Ésta ha ido desplazando lentamente a las otras técnicas clásicas directas e indirectas1, principalmente a las parestésicas, para ocupar un lugar importante en la anestesia regional. Historia La primera demostración de que la electricidad podía estimular los nervios la realizó Luigi Galvani en 1780 (Fig. 1). En 1912, Von Perthes describe por primera vez el uso de un estimulador selectivo de nervios periféricos: una aguja aislada con níquel2; sin embargo, su uso clínico debió esperar hasta que el interés por la anestesia regional y el auge de ésta ocurriera en las últimas dos décadas, expandiendo su campo de aplicación. En 1962, Greenblatt y Denson3 demostraron que se podía estimular el componente motor de los nervios mixtos sin dolor. Galindo4, en 1980, establece que es la corriente y no el voltaje el que determina la despolarización del nervio. Yasuda utilizó las corrientes de estimulación más bajas con agujas aisladas y un neurolocalizador muy preciso5 y Magora6 utilizando un neurolocalizador con amperímetro para el bloqueo del n. Obturador, determina que el umbral de estimulación es 0.5 mA. En los últimos 20 años, con el incremento del uso de esta técnica en todo el mundo, ha habido simultáneamente una respuesta de la industria que resultó en el desarrollo de un gran número de aparatos, agujas y catéteres presentadas al mercado. Hoy en día la mayor ventaja es contar con aparatos que liberan fehacientemente una corriente constante independientemente de un incremento en la resistencia.
Nada reemplaza el conocimiento de las técnicas clásicas y de la anatomía, fundamentales en anestesia regional. El uso de técnicas de neuroestimulación no excluye, de ninguna manera, estos conocimientos, siendo también importante conocer los principios electrofisiológicos para lograr los mejores resultados con estos aparatos. Con el objetivo de explicar en forma ordenada la mayor cantidad de fenómenos relacionados con estas técnicas y sus características más salientes, revisaremos, desde el fundamento, el aparato y su anatomía hasta la salida del impulso eléctrico; las agujas, el estímulo eléctrico, la distancia aguja-nervio, el nervio, el circuito y el intérprete de la respuesta motora y de la técnica propiamente dicha. Fundamento Con este método auxiliar se trata de localizar el componente motor de uno o de varios nervios periféricos a través de la administración de una corriente continua, cuya frecuencia (Hz), intensidad (mA) y duración (mseg), según el aparato, son variadas por el operador. La corriente eléctrica circula entre los electrodos positivo y negativo del circuito. Entre ambos, y bajo su influencia, se halla interpuesto el nervio. Dependiendo de la distancia a la que se encuentra el campo eléctrico en la punta del electrodo estimulante negativo (representado por una aguja aislada con teflón), de la cantidad de electricidad y del umbral de estimulación de cada nervio, se va a producir o no una despolarización y un potencial de acción que generará una contracción y movimiento muscular de distinta intensidad y objetivable7. De este modo, la acción que se realiza es una estimulación nerviosa, y el objetivo que se busca es localizar un nervio. Es por ello que llamaremos a esta técnica estimulación nerviosa periférica (ENP) o neuroestimulación y no neurolocalización, de acuerdo con la acción que se realiza. El aparato de neuroestimulación (ENP) Un típico estimulador nervioso usado para bloqueos nerviosos periféricos tiene cuatro componentes esenciales: un oscilador, un generador de corriente continua (batería), un display y medios para controlar la intensidad y/o la frecuencia del estímulo.8 El oscilador es la base del estimulador nervioso. Su función es producir un pulso a una frecuencia y tamaño requerida usando un microcontrolador con un programa y RAM adicional. Las instrucciones están guardadas dentro de la memoria del programa y son ejecutadas cuando se prende el aparato. El display es usualmente de cristal líquido. La frecuencia de la señal de la corriente se expresa en Hz y se puede ajustar habitualmente entre 1 y 2 Hz. La corriente se muestra siempre en el display en miliamperios (mA). Muchas unidades modernas también incorporan un generador de corriente continua en el circuito, lo que asegura una adecuada liberación de energía aun cuando la carga presentada al neuroestimulador está cambiando (impedancia o resistencia entre electrodos). Esto es logrado incorporando un circuito adicional que controla los cambios en la impedancia. Tiene una fuente de energía portátil, habitualmente una pila de 9 voltios con dos polos: uno negativo, de color negro, que se conecta a la aguja (NEEDLE, NEGRO) y uno positivo (POSITIVE al PATIENT), de color rojo, que se conecta al paciente a través de un electrodo de monitoreo cardíaco. La corriente fluye en realidad del polo negativo al polo positivo, pero por convención internacional en los circuitos continuos se adopta el sentido contrario. Algunos aparatos modernos tienen una función muy útil que es mostrar en el display cuanta electricidad en mA se está descargando en el paciente en cada momento. Los aparatos se deben controlar frecuentemente, sus componentes no deben ser modificados y las baterías precisan ser nuevas. Existen varios modelos disponibles en el comercio, la mayoría de ellos electrónicamente sofisticados. Barthram9 y Hadzic10,11 han demostrado que existen diferencia y variaciones entre la cantidad de corriente que liberan a distintos niveles y lo que indica el display, siendo de importancia que a bajas intensidades la cantidad de electricidad que sale por la aguja sea lo más aproximada a lo que marca el display. Galindo7, Ford, Pither y Raj2 y Kaiser12 se refirieron a las características deseables de un estimulador nervioso periférico:
Agujas aisladas y no aisladas Ha habido interesantes estudios acerca del uso de una u otra aguja. En 1973, Montgomery y col.13, preocupados porque las aguja aisladas podrían alterar la sensación al pasar los distintos tejidos y porque la aislación de la aguja se podría desprender, utilizaron agujas no aisladas. Demostraron que eran eficientes y que la mayoría de la electricidad se concentraba en las puntas, fenómeno conocido como poder de las puntas. Pither y col.14, y Bashein y col.15 demostraron más tarde, en trabajos experimentales, las características del campo eléctrico en la punta de la aguja y en el vástago (Fig. 2). Si la aguja era no aislada, el campo eléctrico variaba permanentemente con la profundidad a medida que se introducía, pudiendo llegar a confundir al operador. Además demostraron que requiere una intensidad de corriente ligeramente mayor. Las agujas no aisladas tienen un bisel más cortante y pueden generar más calor en la punta. Las agujas aisladas no estimulan a través del vástago, requieren una corriente ligeramente menor, son más precisas, pero también son más caras y no están aún disponibles en todos los centros. Con respecto a las agujas no aisladas (Fig. 3), pensamos que hoy siguen siendo una alternativa en algunos casos. Ellas presentan su máxima concentración de electricidad en la punta, y si el nervio es lo suficientemente grueso y superficial, como el nervio femoral (cuyo bloqueo es uno de los más frecuentes), estimamos que son mínimas las posibilidades de perder el nervio por el costado lateral o medial antes de que el campo eléctrico de la punta lo alcance. En cambio, si los nervios son más finos y rodeados por más tejidos, como sucede a nivel axilar, aumentan las posibilidades de que el campo eléctrico en la punta de la aguja no aislada pierda el nervio antes de enfrentarlo.
Actualmente las agujas aisladas (Fig. 4 a 7)tienen distintos tipo de puntas y pueden estar aisladas dejando sólo una punta libre, o estar aisladas hasta la punta pero estar libre el bisel. Esta última forma presenta una construcción menos eficiente ya que presenta un cono de sombra o de no estimulación. Electrodo de superficie Es un electrodo común, de los que se utilizan habitualmente para monitoreo cardíaco; se conecta el terminal positivo o ánodo mediante una conexión del tipo cocodrilo. No debe estar colocado a más de 50 cm del lugar de punción, preferiblemente a 20 o 30 cm. La piel donde será colocado debe estar limpia y seca. Es ideal que el nervio a ser estimulado quede interpuesto entre la aguja y el electrodo (por ej.: femoral, electrodo por arriba de la arcada inguinal y no en la cara externa del muslo). En lo posible, se debe evitar colocarlo por sobre el corazón. Hay que tener en cuenta que la corriente va a fluir de un electrodo hacia el otro produciendo la despolarización cuando el campo eléctrico con la suficiente cantidad de corriente alcance el potencial umbral del nervio.
Los aparatos deben tener una alarma de desconexión; habitualmente es una luz o el titilar de los números digitales, que indican que el circuito no está cerrado. Si el dispositivo se desconectara y esto no fuera advertido por el operador, la aguja entraría en contacto con el nervio pudiendo manifestarse una parestesia sin respuesta muscular o dolor. Impedancia La impedancia es la resistencia que debe vencer la corriente eléctrica a su paso. Está representada por la suma de todos los distintos componentes del circuito eléctrico (los cables, el electrodo, el cuerpo humano y todo lo que impida en cierta forma su paso). La piel del cuerpo humano tiene una altísima impedancia que puede oscilar de 1 a 10 Kohm en la piel mojada. Ese valor disminuye notablemente a aproximadamente 500 ohm al atravesarse la piel con la aguja. Los aparatos modernos de ENP poseen una gran resistencia interna para compensar todos los cambios que se pudieran producir en la impedancia y liberar siempre la misma intensidad de corriente, que coincide con la que se coloca en el display. Los fenómenos asociados a la resistencia al paso de la corriente están regidos por la Ley de Ohm, según la cual la resistencia es directamente proporcional al voltaje e inversamente proporcional a la intensidad, y se aplica para conductores óhmicos (resistencia constante) como la plata o el cobre. I = V/R 1 amp = 1 V/1 ohm Un conductor tiene una resistencia eléctrica de 1 ohm si al aplicarle una diferencia de potencial de un voltio deja pasar una corriente de 1 ampere. Cuando la resistencia aumenta es preciso elevar la intensidad para conseguir el mismo resultado. El concepto de resistividad se aplica cuando los conductores no son óhmicos, como los fluidos del cuerpo humano, que son variables. Bases electrofisiológicas En 1850, Von Helmholz (Fig.8), en una serie clásica de experimentos con una preparación aislada de músculo y nervio, demostró la naturaleza temporal de la conducción de la fibra nerviosa. Sus experimentos permitieron los posteriores y más relevantes avances en la fisiología de la estimulación nerviosa periférica1. De particular importancia en neuroestimulación es la relación entre:
Las células nerviosas tienen un voltaje de reposo de -90 mV (medido en el interior de la célula con respecto al exterior) y la capacidad de crear un potencial de acción que se propaga. Para que un estímulo nervioso se propague a lo largo del nervio, un cierto estímulo umbral (mecánico, químico o eléctrico) debe ser aplicado al nervio. Por debajo del valor umbral, ningún impulso es propagado, mientras que un aumento de la intensidad por encima de ese umbral hará que la propagación del impulso se produzca indefectiblemente. Al alcanzar el umbral se produce un cambio en la conductancia en los canales de Na-K dependientes del voltaje.
Asumiendo que el impulso de la corriente utilizado para estimular el nervio es cuadrado, la cantidad de energía o carga eléctrica (E = corriente) entregada por el aparato al nervio es el producto de la intensidad medida en miliamperes (mA) por el tiempo de duración del estímulo medido en milisegundos (mseg) o ancho de pulso. El resultado se expresa en nanoculombios nC. E = I x T Intensidad de la corriente La intensidad de la corriente (I) en el ENP es un parámetro variable que se controla por medio de un dial o un botón, dependiendo del diseño del aparato: Se expresa en miliamperios (mA) y varía de 0 hasta un máximo de 5-6 mA, dependiendo del modelo. Hay modelos de aparatos más selectivos en los que el dial puede ser seleccionado para variar de 0 a 5 mA o de 0 a 1 mA, con variaciones más precisas y graduales de a 0.01 mA.
Las distintas intensidades medidas en mA y la respuesta motora que se obtiene con cada una de ellas, correla-cionadas con el avance de la punta de la aguja a través de los distintos planos, permite al operador llegar al punto final en el que se realizará la inyección del AL. Definir este punto final es de suma importancia en la práctica clínica. Duración de la intensidad del estímulo eléctrico (T) La duración del impulso emitido por el aparato se miden milisegundos. En la mayoría de ellos esta variable es fija, aunque en los aparatos de última generación, como el Tracer III, Multistim Vario de Pajunk® y el HNS11 de BBraun®, son posibles variaciones entre 0.1, 0.3, 0.5 y 1 milisegundos (mseg), o lo que es lo mismo, entre 100, 300, 500 y 1000 microsegundos (mcseg).17 La cantidad total de energía eléctrica entregada al nervio va a ser el producto de la intensidad por la duración del estímulo. Esta medida se expresa en nC (nanoculombios). Con estos modernos aparatos se debe ser muy cuidadoso con el control de la duración del impulso con la que se está trabajando. Punto final para el avance de la aguja e inyección del AL El punto final de inyección del AL es el que se obtiene cuando la respuesta motora del grupo muscular inervado por el tronco nervioso buscado, localizado y estimulado tiene una intensidad de contracción muscular objetivable de un grado II, con 0.5 mA, una duración de 0.1 mseg y una frecuencia de 1-2 Hz. Sin embargo, esto varía para cada nervio y cada técnica, por ejemplo, no es lo mismo la respuesta del ciático obtenida a nivel parasacro que cuando es estimulado en el hueco poplíteo. La contracción muscular objetivable se clasifica en distintos grados.18 Grado 0: no hay contracción visible Grado 1: contracción leve Grado 2: contracción brusca o viva Grado 3; contracción violenta Reobase y cronaxia La reobase y la cronaxia son dos términos fundamentales que se deben conocer para entender la estimulación nerviosa. La reobase de un nervio (Fig. 11) es la corriente mínima que se le debe aplicar para despolarizarlo con un pulso largo (por ej, para 300 mseg, se corresponde con 0.5 mA). Aumentar la duración del impulso a 500 o 1000 ms no produce estímulos con intensidades menores que 0.5 mA. La cronaxia de un nervio es la duración del estímulo en mseg requerida para estimular dos veces la reobase. Si en el ejemplo anterior la reobase fue de 300 mseg y se correspondió a 0.5 mA, tenemos que 0.5 mA x 2 = 1 mA, y 1 mA se corresponde con 100 mseg (fibra motora). De la fórmula I = Ir (1+C/t), donde I es la intensidad de corriente requerida, Ir es la reobase, C es la cronaxia y t es la duración del estímulo, es evidente que la corriente necesaria para estimular un nervio dependerá del ancho del pulso o de la duración del estímulo. La cronaxia puede ser usada como una medida del umbral de estimulación para cada nervio en particular y es útil cuando se comparan diferentes nervios o tipos de fibras nerviosas. Los valores de cronaxia para los nervios periféricos se muestran en la Tabla I. Las fibras más gruesas se estimulan con mayor facilidad que las más pequeñas. Esto se explica porque una fibra motora puede ser estimulada con una duración de pulso de 100 mseg sin que haya dolor, ya que las fibras sensitivas no son estimuladas. Estimulación catódica preferencial Para estimular un nervio con un electrodo, es necesaria una corriente significativamente menor para obtener una respuesta motora cuando el cátodo (negativo, negro) es adyacente al nervio que cuando lo es el ánodo (positivo, rojo). Este fenómeno es conocido como estimulación catódica preferencial, y ocurre porque cuando el electrodo estimulante es el negativo la corriente que fluye altera la membrana en reposo adyacente a la punta de la aguja produciendo un área de despolarización que se extiende a través del nervio. Pero cuando el electrodo adyacente al nervio es el ánodo o positivo, se produce una hiperpolarización y un anillo de despolarización distal a la aguja que es menos eficiente en la propagación del estímulo.
Otro punto fundamental referido al uso del neurolo-calizador es la relación que existe entre la variación de la intensidad del estímulo (corriente), la distancia del nervio y las diferentes alternativas de esta correlación. Distancia Cuando la punta de la aguja estimulante se mueve alejándose del nervio, la relación entre la intensidad del estímulo y la distancia al nervio es gobernada por la ley de Coulomb: E = K (Q/r2), donde E es la corriente requerida, K es el valor de una constante medida en el vacio, Q es la corriente mínima (Q= IxT), y r2 es la distancia al cuadrado. La distancia al cuadrado en el denominador implica que será necesario un estímulo eléctrico cada vez mayor a medida que la punta de la aguja se distancia del nervio (Fig. 12), de tal manera que será necesario un estimulo muy grande cuando la punta de la aguja esté localizada a más de 1 cm del nervio. Este principio es usado para estimar la distancia punta de la aguja-nervio. Suponiendo que la dirección de la aguja es la correcta, al emplear un estímulo de una determinada intensidad y de una duración de pulso conocida el único factor que va a variar para lograr la RM va a ser la distancia al nervio. Constante dieléctrica del medio (k) La letra k, representada en la ecuación de Coulomb, es una constante denominada constante dieléctrica del medio. Ella representa la reducción menor o mayor de una carga eléctrica situada en el interior de un medio cualquiera, dependiendo del medio,. En la ecuación tiene un valor de 1, que es el valor de la constante en el vacío. Si esa misma corriente es situada en un medio líquido se producirá una alteración en los valores por la necesidad de incrementar la corriente eléctrica 80 veces para obtener la misma respuesta. Cuando un AL es inyectado luego de obtener una respuesta muscular adecuada, ésta desaparece después de inyectar unos pocos mililitros. A este fenómeno se lo conoce como “signo de Raj”, y es aceptado mundialmente como debido al alejamiento de la aguja del nervio y tomado como un signo de que la inyección ha sido efectiva19. En estudios realizados por Tsui y col.20 se explica que este fenómeno es debido a las características electrofisiológicas de la sustancia inyectada. En estudios experimentales aún no publicados realizados en perros determinamos que la desaparición de la RM es debido más probablemente a un cambio en la permitividad eléctrica del medio y no sólo al desplazamiento físico del nervio o al tipo de solución inyectada. En nuestro modelo experimental, un nervio ciático mayor disecado cuidadosamente a nivel del isquion y luego sumergido en solución anestésica local, se observó que no hay respuesta motora aun con la aguja en contacto con el nervio, pero sí cuando el líquido es secado. Este fenómeno es independiente de la solución inyectada y no está relacionado con la distancia, ya que la aguja toca el nervio.
Nunca se debe avanzar y disminuir la intensidad simultáneamente. También es posible, cuando se está a una distancia casi de contacto, disminuir la intensidad de la corriente hasta el valor mínimo (0.2 - 0.3 mA) en la que se obtiene la misma RM. Creemos que esto es innecesario y puede ser molesto para el paciente. Según nuestra experiencia con el uso del ENP, una RM grado III o IV con 1 mA y 0.1 mseg va a ser equivalente a una de grado II con 0.5 mA. Igualmente creeemos necesario disminuir la intensidad y luego avanzar la aguja hasta corroborar este hecho. Orientación de la aguja hacia el punto de máxima estimulación Esta maniobra es útil para orientarse espacialmente. Una vez que se obtuvo la RM, es válido hacer movimientos con la aguja en los distintos cuadrantes tratando de identificar hacia cuál dirección se consigue la RM de mejor calidad o con la mayor intensidad, para luego sí avanzar la aguja en esa misma dirección. Si se utilizan agujas con el bisel no aislado (Tipo A), es útil rotarlas tratando de ofrecer el bisel con el cono de estimulación en dirección al nervio. Ventajas y desventajas Entre las ventajas del uso del ENP encontramos que no es necesaria la colaboración del paciente; éste puede estar sedado, inconsciente o bajo anestesia general y no hay el peligro teórico de lesión nerviosa. Con el ENP se pueden realizar bloqueos que son muy dolorosos o difíciles de llevar a cabo con técnicas parestésicas. Es muy útil para la enseñanza de la anestesia regional. Permite efectuar localizaciones percutáneas22,23 aumentando la intensidad y la duración del estímulo en los nervios más superficiales. Como desventajas mencionamos que existen técnicos, la mayoría de las veces por inexperiencia, en el manejo del aparato, las agujas y más frecuentemente por el desconocimiento de la anatomía y los detalles para cada bloqueo en particular. Además, es mayor el costo inicial por la compra del aparato y de las agujas aisladas. Bloqueos bajo otro tipo de anestesia En pediatría, o en algunas situaciones muy especiales, se realizan bloqueos bajo anestesia general, sedación profunda o subaracnoidea. Debemos tener en cuenta que en estos casos el paciente está imposibilitado de avisarnos de la ocurrencia de una parestesia. Si bien el ENP es una técnica segura y experimentalmente siempre se produce una RM antes del contacto nervioso24, hay casos en los que en algunos pacientes deliberadamente se produjo una parestesia sin respuesta motora25,26. Esta situación se puede explicar en la práctica común por diferentes razones. Pero si en un paciente bajo otro tipo de anestesia la aguja entrara en contacto con el nervio y coincidentemente hubiera una desconexión inadvertida del cable del electrodo o un mal funcionamiento del aparato, no habrá RM y tampoco una parestesia referida por el paciente. Esta práctica, por lo tanto, si bien no puede estar contraindicada, debe ser dejada de lado en forma rutinaria y utilizarse sólo para casos muy especiales. Luego de una cuidadosa explicación y una adecuada sedación, cualquier paciente puede tolerar sin complicaciones un bloqueo con ENP. Inyecciones múltiples Las técnicas de inyecciones múltiples son utilizadas por muchos anestesiólogos27,28 con la idea de que fraccionando el AL y obteniendo distintas RM en diferentes nervios, pero siempre en un mismo bloqueo, se puede administrar menos volumen, disminuir el tiempo de latencia y mejorar la calidad y uniformidad del bloqueo. Cuando nos referimos a permititividad, la inyección de líquido no solo no desplaza al nervio como se cree habitualmente, sino que hay un cambio en la permititividad eléctrica que no puede ser obviado. Nunca se consigue una RM cuando el nervio permanece sumergido en la solución anestésica local, aunque se haga contacto, empuje y coloque la punta dentro de la sustancia del nervio. En una situación clínica normal de bloqueo existe seguramente cierto grado de desplazamiento del nervio al inyectar el AL, sobre todo si los tejidos circundantes son complacientes; sin embargo, aunque es difícil de probar no creemos que el desplazamiento sea tan grande. Pensamos que algo similar a lo experimentado en animales sí puede ocurrir en la práctica clínica luego de inyectar un volumen de AL. Por lo tanto, y que hasta que esto se dilucide, consideramos que seguir buscando RM luego de inyectar el AL es una práctica teórica y potencialmente peligrosa, ya que se puede estar intraneural y no tener una RM, sobre todo si el paciente está bajo otra anestesia. Desconocemos si en esa situación se producirá una parestesia o no, pero la tendencia es a pensar que sí la habrá. Estimulación eléctrica percutánea (PEG Percutaneus electronic guidance)22,23 Urmey describe esta técnica de localización percutánea, útil para bloqueos superficiales y para la enseñanza de los mismos y de los principios de la ENP. Si no se cuenta con el introductor desarrollado por Urmey, se puede utilizar un cable con conector de una aguja usada, separado de la misma y conectado a un elemento metálico de pequeño calibre y romo, que será el que entra en contacto directo con la piel. Es muy ejemplificador cuando se lo utiliza con intensidades de aprox. 2-3 mA y 0.3 o 0.5 mA a niveles superficiales como axilar o interescalénico en sujetos delgados. Es preciso ser muy cuidadoso con el total de electricidad que se administra y la duración del pulso para no producir dolor. Técnicas con catéter estimulante29,30 Hay catéteres que han sido diseñados para estimular en la punta con el objetivo de disminuir el porcentaje de fallos de los catéteres comunes, atribuidos a una colocación inadecuada. El hecho de que se estimule el nervio siempre que se avance con el catéter asegura que la punta siga próxima al nervio. Su uso futuro va a estar signado por los riesgos, costos y beneficios que su uso pueda tener para nuestros pacientes. Consejos prácticos
Conclusión La experiencia individual en el uso de una determinada técnica de anestesia regional es probablemente el factor más importante. El conocimiento de la anatomía y los reparos anatómicos, la experiencia de otros autores, la oportunidad de verlas realizar y de realizarlas bajo supervisión experimentada, la posibilidad de seguir actualizándose en talleres y cursos con alto contenido práctico, la predisposición del paciente y del cirujano, el ambiente de trabajo, los elementos técnicos, etc. son también otras causas importantes de éxito o fracaso de su empleo. Queda aún mucho por trabajar y aclarar en el uso del neuroestimulador en los bloqueos regionales. La elección de una determinada técnica de localización nerviosa va a depender de la preferencia personal y experiencia del anestesiólogo, de las posibilidades del medio en el que se practica y también del paciente. Una técnica no es inherentemente mejor que otra y es la experiencia individual con cada técnica el mejor predictor de éxito31. El uso de técnicas de neurolocalización abre un nuevo y prometedor horizonte hacia bloqueos más complejos o hacia técnicas más anatómicas y racionales. Las técnicas parestésicas seguirán siendo de gran utilidad y las preferidas por muchos anestesiólogos, hasta que se demuestre científicamente que no son seguras para nuestros pacientes. |
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